domingo, 27 de marzo de 2011

El hombre que leía a Dylan Thomas sin entender una mierda. Cuento.

No era un astro marinero ni un conglomerado de palabras ahogadas ni nada de eso que había creído intoxicado por los versos dylanianos que aún refulgían en su pensamiento. Aquello que la marea le estaba llevando a sus pies no era sino el cadáver de una mujer de apariencia nórdica, al menos por su pelo amarillo-oro y sus facciones de barby abotargada. Al principio se quedó tan sorprendido que no sabía si era real o una epifanía convocada por el bardo galés. No podía decir que fuera una mujer hermosa, quizá lo fuera hacía unos instantes con las mejillas arreboladas por el sol no habitual y los ojos brillantes de vida. Pero así, con la cara deformada por el exceso de mar y de muerte (siempre excesiva) no se lo pareció. Después empezaron a llegar paseantes y hubo que llamar a la policía. Al primero que interrogaron fue a él.
-¿Qué libro estaba leyendo?- preguntó el policía después de las cuatro preguntas de rigor (el caso no daba para más) del cuándo, el cómo, si vio u oyó algo fuera de lo normal y si la había visto antes.
-La poesía completa de Dylan Thomas.
-Ah, me suena.., a mi me gusta Lorca y Machado sobre todo... era americano ¿no? Tengo entendido que Bob Dylan se puso el nombre por él..ese sí que es bueno, ¿eh? Me encanta la música de Bob Dylan.
Llevaba gafas oscuras y vestia de sport, nada de traje y corbata: unos chinos grises y un polo marrón bajo una chaqueta sport y todo soportado sobre mocasines sport. Entre frase y frase mascaba chicle.
-Sí, pero era británico, aunque murió en Nueva York. Los beatniks lo tomaron como un referente -dijo el lector animado por hablar con un aficionado a la poesía.
El otro lo miró unos instantes con cierta fijeza. Le pareció petulante al tiempo que aumentó su curiosidad por aquel poeta que no solo había prestado el "Dylan" a Bob sino que además había influido en los de Liverpool. -No sabía que también estaba detrás de los Beatles...¿me permite?, gracias. Me gusta la poesia, de joven escribí alguos versos, tonterías de chaval con demasiadas espinillas y mucha timidez...¡uf, esto es muy denso para mi, no entiendo una mierda!, a mi me gusta el Romacero Gitano, sobre todo cuando habla de la guardia civil y del pavor que le tenían los camborios, jeje...¿entonces no puede decirme nada más sobre la mujer muerta, no recuerda nada más?...Bien, tome su libro y que tenga un buen día.
Cuando le devolvió el libro alguien gritó a su derecha "¡ahí viene otro!", y a su izquierda "¡y por aquí también!" Espaciadamente y en lenta procesión fueron arribando a la playa cuerpos dóciles de ahogados sin distinción de sexo o edad, así como pecios de antiguas batallas: naos troyanas, mascarones de proa de dioses vikingos, submarinos del tercer reich...y restos de cometas, rescoldos de estrellas y trozos de planetas con el mapa fragmentado...
El agente de la ley estaba estupefacto.
-Pero...¿qué mierda está pasando aquí? No entiendo nada.
-Yo lo único que sé es que los beatniks no tenían nada que ver con los Beatles-dijo el lector como si hablara en sueños.
El poli le encaró tras las gafas oscuras y le soltó despreciativo:
-Usted es un cretino.

2 comentarios:

Emma dijo...

Es una bella fabulación que pone a la poesía por encima de la muerte.

David dijo...

Gracias Emma..y cuida esa salud